Mientras sus manos se movían alegremente por los aires y su rostro cambiaba cada segundo de expresión. Ella vio a un pequeño personaje correr por el hermoso y extenso jardín de flores amarillas, su mente se congelo durante tres segundos, en los que ideas inimaginables se arremolinaban y una sonrisa cruzaba su rostro.
Espero pacientemente hasta el otro día, preparada para correr con su hermoso vestido amarillo y sus zapatillas blancas. Una cintilla de este mismo color adornaba su corto y desordenado cabello castaño. Sus grandes ojos marrones brillaban de la emoción, mientras sus labios delgados como una rosa no paraban de danzar al compás de la sinfonía que sus pensamientos componían.
Se sentó en un árbol del jardín.
Para tener sus cortos seis años parecía un pequeño mono en las ramas, cogiendo todo tipo de frutas. Su favorita; la manzana verde. Se sentó a esperar al pequeño personaje de ayer, con la expectativa de que de verdad era un pequeño amigo duende.
-Simples mortales ¡Ha!- escucho luego de unas horas de espera. Y lo único que pudo atinar a decir fue:
-¡Espera!- Mientras saltaba del árbol para ver mejor a la figura que adornaba unas largas medias de cuadros blancos y negros, un short de jean desgastado, converse rojos y una camiseta purpura cortada diagonalmente que decía “I <3…” De cabello debajo de los hombros, Con las puntas azules y tan rizado como él solo. Una pequeña boina blanca complementaba su vestimenta, además de una correa de taches. ¡Y qué decir de su maquillaje! Exageradamente oscuro, negro y con labios carmesí.
Sin embargo esta pequeña figura no se detuvo y solamente comenzó a correr después de ver a la niña, pero esta era mucho más rápida y en poco tiempo logro alcanzarla y tumbarla mientras que soltaba una carcajada llena de alegría.
-Mi nombre es Amanda. -Dijo la duendecilla después de sentarse sobre la grama y ver sonreír a la chiquilla que la miraba curiosamente.
-Soy Sophie
-Veo que eres rápida
-Un poco. Cuéntame sobre ti – Dijo sin poder esperar nada más.
-Soy un tercio duende, tercio diablesa y tercio ángel, nací en Lesquimer y mi gran pasión son los colores.- dijo con un toque de picardía y superioridad.- Mi alma es pura música y me compongo de letras que flotan en el aire. Susurros y suspiros inacabables y sueños sin cumplir, es lo que cazo para sobrevivir y sobrevivo para vivir. Lesquimer es mi ciudad, en la que la población ignorante como ella sola, solo es capaz de ver a sí mismos, y que sin embargo creen que ven por los demás. Hechiceros, y magos adornan la ciudad, llena de constelaciones que guían el camino de las almas perdidas y solitarias que buscan a donde pertenecer. El sol es una gran fuente de energía tras la que todos se refugian, y solo por dos segundos que dura la eternidad, son capaces de convivir. Normas y leyes que atraen a los turistas y viajeros de dimensiones, son las que en este momento son gobernadas por el ritmo de la pasión. Ignorantes y estupefacto son los humanos que solo son capaces de creer en lo que ven y que no tiene ni un millón de imaginación necesaria para si quiera, pensar en su originalidad. Embrujos que viajan de aquí para allá, estrellando a ciudadanos que con risas aceptan su error de atravesar por el puente incorrecto a su universo paralelo personal. Lesquimer es la ciudad de la clave de sol en la que ninguno de sus ciudadanos siquiera sabe lo que es, simplemente le rinden fidelidad y total adoración, a la nota musical que los mantiene vivos y que sin embargo no hace nada más, que llenar sus oídos de algo ligeramente placentero, no conocen la verdadera música y mucho menos la esencia del arte y sus formas de admiración. Mi ciudad es una ciudad de ignorantes, que viven felices, simplemente porque son capaces de vivir.
Y dejando a Sophie completamente estupefacta, Amanda desapareció dejando en la mente de la chiquilla la imagen de sus rápidas palabras, dejando todo como una difusa ilusión en la que nunca se estuvo presente y la idea de una conversación mental, en la que solo ella participaba.
Con solo unas pocas pinceladas de magia en su corazón, y ligeros destellos a su alrededor Sophie lleva un colgante con la clave de sol que le recuerdan a Lesquimer una ciudad de ignorantes, que viven felices, simplemente porque son capaces de vivir.
.....
2 comentarios:
una historia muy bonita, la llenaste de magia pioshy, esta hermosa :D
cuidate
mil besos
Aww que historia mas linda.. *-*
Un beso y mucha suerte!
Publicar un comentario