Tomado de Tumblr

domingo, 29 de mayo de 2011

Afuera estaba cayendo una gran tormenta. La verdad, ella es una de las pocas chicas que conozco que actuaba de un modo tan peculiar. Lista para salir al pub, hermosa con aquel vestido naranja. Con su cabello suelto, libre. Habiéndose tardado un poco en decidir que colocarse. Quería que la considerara bella. Pero todo cambio cuando comenzó a llover. Se deshizo de sus tacones que apenas había terminado de colocarse. Dejo sobre la mesa sus aretes y pulseras, y sin más, salió decidida por la puerta con una de las sonrisas más hermosas de todas. Dejo por un breve minuto que la lluvia la abrazara por completo. Luego, simplemente rió. Cantó. Saltó, y acostada en medio de aquella calle, recito a Neruda. Soltó el suspiro de liberación, de rebeldía. De esos que solo tienes en la pubertad.

Bien entrada la noche. Habiendo escampado, entro a la cabaña y me abrazo. Se preparó un taza de chocolate con mashmelos y se sentó frente aquella rustica chimenea. Cerró sus ojos. Cogió aquel libro sobre la mesa. Leyó en su mente un leve fragmento y en menos de 10 minutos ya estaba lista para ir al Pub.

Quería que la considerara bella. Pero ella era hermosa.

domingo, 15 de mayo de 2011

Where Is My Happiness?? 
 I Can´t Found It...
Have You Ever Seen It?
 Oh...
There She Is..
Behid You...
Creo que todo se destruyó.
Que no queda más aparte del dolor.
No me molesta que estés considerando volver con ella después de que te traiciono. Dices que solo la querías, pero la amas, que la perdonaste, que la olvidaste pero ambos sabemos que no es así.
Lo que me molesta, es que le estés dando la oportunidad a ella de ser feliz, después de todo lo que te hizo sufrir. Pero si ella te hace feliz, lo debo aceptar, porque tu SI mereces ser feliz. Porque tú eres el que tiene un enorme corazón y eres el que te reprochas por hacer las cosas mal.
Ella no te merece.
Tú no la mereces.
Pero si eres feliz.
Que sea así.
Tal vez esté siendo imparcial, tal vez me es este dejando guiar solo por mis sentimientos.
Pero nada es tan real como el amor tan raro que te profeso…
En el departamento que ambos compartían solo se encontraba Valerie. Estaba en el piso de la cocina leyendo un libro como habitualmente hacía. Oyó que la puerta principal se abría fuertemente dejando que Alejandro entrara con el ceño fruncido y con la rabia marcada en su rostro, dio paso a la búsqueda de un algo, y cuando la vio sentada en el suelo de la cocina, solamente pudo llegar hasta ella, colocarse a su misma altura, y besarla.
Besarla con rabia, con ira y con dolor. Ella se dejó, lo conocía perfectamente y sabía que simplemente necesitaba desahogarse. Sus besos se fueron convirtiendo en besos dulces y suaves, llenos de cariño y en alguna parte de ellos pedían perdón.
-¿Quieres huevos?- dijo ella, mientras se levantaba del piso de mármol y hurgaba dentro de la nevera.
- Prefiero pankakes- Dijo, mientras se levantaba él también y le sonreía interiormente, agradeciéndole. No era la primera que vez que le sucedía que se descontrolaba, y estaba seguro que tampoco iba a ser la última
-Pankakes serán- Empezó a prepararlos mientras una ancha sonrisa se extendía por su rostro, de cierto modo ella estaba agradecida porque la besaba a ella, en vez de desquitarse con cualquier muchacha.
Estaba agradecida porque la besaba a ella que era su amiga.
Su mejor amiga.

jueves, 5 de mayo de 2011



HABÍA OLVIDADO LO HERMOSO QUE ES SENTIRSE ENAMORADO!

miércoles, 4 de mayo de 2011

Maia estaba recostada sobre una baranda mirando el curso de abajo, mirando el poco campo verde que lo adornaba a través de sus gafas rectangulares negras y con una botella entre las manos.

Se había alejado caminando de sus amigas, dejando a estas hablando y cotilleando, sin darse cuenta de su ausencia, algo que agradeció.

Esta ensimismada, mientras que el bullicio de su grado y todas las palabras se quedaban en un segundo plano

-¿Estas bien?- pregunto él mientras le daba un medio abrazo y una pequeña sonrisa le cruzaba el rostro.

-Si- Contesto Maia con voz firme y suave.

-¿Qué tienes?- volvió a insistir

-Un momento de paz- aleja su mirada de lo perdido, le sonríe, lo abraza y se va hacia su salón de clase después de un “Te quiero mucho niño