Verla llorar, le hizo sentir peor que cuando vio a su madre llorar por culpa de su hermano, le rompió el alma, y más aun, porque no sabia cuales eran las palabras adecuadas para no hacerla sentir peor, Sin embargo no se había animado a preguntar, por miedo de empeorarlo todo...
Todo tipo de respuestas se arremolinaron en su mente, pero nunca se había imaginado aquella que ella le dio
-¿Cuando no?
Había dicho con toda la naturalidad del mundo, dejando entrever una sonrisa melacolica, alegre y compasiva..
Después, se acurruco cerca de él, dejando que sus brazos la rodearan...
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