En el departamento que ambos compartían solo se encontraba Valerie. Estaba en el piso de la cocina leyendo un libro como habitualmente hacía. Oyó que la puerta principal se abría fuertemente dejando que Alejandro entrara con el ceño fruncido y con la rabia marcada en su rostro, dio paso a la búsqueda de un algo, y cuando la vio sentada en el suelo de la cocina, solamente pudo llegar hasta ella, colocarse a su misma altura, y besarla.
Besarla con rabia, con ira y con dolor. Ella se dejó, lo conocía perfectamente y sabía que simplemente necesitaba desahogarse. Sus besos se fueron convirtiendo en besos dulces y suaves, llenos de cariño y en alguna parte de ellos pedían perdón.
-¿Quieres huevos?- dijo ella, mientras se levantaba del piso de mármol y hurgaba dentro de la nevera.
- Prefiero pankakes- Dijo, mientras se levantaba él también y le sonreía interiormente, agradeciéndole. No era la primera que vez que le sucedía que se descontrolaba, y estaba seguro que tampoco iba a ser la última
-Pankakes serán- Empezó a prepararlos mientras una ancha sonrisa se extendía por su rostro, de cierto modo ella estaba agradecida porque la besaba a ella, en vez de desquitarse con cualquier muchacha.
Estaba agradecida porque la besaba a ella que era su amiga.
Su mejor amiga.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario